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La Presidencia

Pregón del Día de La Rioja 2017

Santa Coloma, 8 de junio de 2017

Presidente de la Comunidad Autónoma de La Rioja, Alcaldesa de Santa Coloma, Autoridades, Señoras y señores.

Santa Coloma es el embrión de nuestra conciencia autonómica, el lugar donde comenzamos a escribir nuestra historia.

Por este motivo, cada año nos reunimos aquí, en la víspera de la fiesta de nuestra comunidad, para rendir un sentido homenaje a los participantes en la convención celebrada en 1812 y que constituye uno de los primeros hitos en la reivindicación de la identidad riojana y en la demanda de autogobierno.

Este año se cumple el 35º aniversario de la aprobación por las Cortes Generales de nuestro Estatuto de Autonomía y de su sanción por Su Majestad el Rey don Juan Carlos I como ley orgánica. Particularidad por la que el Pregón del Día de La Rioja puede ser una tradición, pero no debe ser una rutina.

Por ello, más allá del merecido tributo a nuestros antepasados por ser pioneros en la defensa del derecho a la autonomía, deseo que este acto sirva para proyectar el espíritu de entendimiento y unidad de la Convención de Santa Coloma hacia el futuro. La Rioja somos todos, y juntos debemos mirar hacia adelante para avanzar e impulsar nuestro proyecto común, dentro de una España plural y diversa.

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Nuestra historia comienza aquí.

Esto es algo que hoy sabemos gracias a la minuciosa investigación realizada por el cronista oficial de La Rioja, Felipe Abad León, quien, a finales de 1979, halló en los archivos del Congreso de los Diputados cinco documentos relacionados con el proceso de construcción de la identidad riojana. Un descubrimiento de gran valor, del que dio cuenta en su libro ‘La Rioja: provincia y región de España’ en 1980.

A principios del siglo XIX, La Rioja estaba repartida entre las provincias de Soria, Burgos y Álava. Y entre los mencionados escritos se encontraba uno que se corresponde con el acta de lo que, según sus propias palabras, fue “una importante convención de representantes riojanos, que pidieron, entre otras cosas, la creación de la provincia de La Rioja como solución a sus graves problemas”.

La reunión se celebró en Santa Coloma el 8 de diciembre de 1812 en plena Guerra de la Independencia. Como señala Rebeca Viguera en su estudio acerca de esta gesta, fue “un paso más de toda una serie de proclamas que venían reclamando la unidad territorial riojana con independencia de Soria y Burgos desde finales del siglo XVIII bajo el estandarte de la Real Sociedad Económica Riojana”.

Pero, fue un paso decisivo para nuestra historia. La Rioja de hoy no puede entenderse sin la Convención de Santa Coloma, en la que 59 municipios manifestaron por primera vez su deseo de convertirse en provincia de La Rioja y trasladaron su petición a las Cortes de Cádiz. Una petición que llevaron hasta allí dos diputados designados para ello y en la que se exponen los principios en los que se asienta nuestra identidad.

De aquel documento, deseo destacar tres ideas fundamentales que prevalecen sobre el resto y que, hace 205 años, ya inspiraron a nuestros antepasados:

  • En primer lugar, se quiso dejar claro que “los riojanos componen una parte de la nación, tan interesante proporcionalmente como cualquier otra provincia”, y que “son españoles” que se reconocen como tales, dentro de nuestra patria común, en un momento en que se habían sentado las bases de un Estado liberal.
  • Por otra parte, se abogaba por recobrar los verdaderos límites naturales de La Rioja, pues se razonaba que “parece que la naturaleza ha descrito los límites geográficos de esta provincia con cuantas circunstancias puedan apetecerse para que se considere como tal”.
  • Y, finalmente, se reclamaba “que esta provincia se repute como tal, según la demarcación antigua, y que, cesando todas las distribuciones posteriores, se gobierne por sí”, bajo un mando distinto al de Burgos y Soria.

Para conmemorar esa aspiración, hoy se celebra el Pregón de Santa Coloma.

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Como digo, nuestra historia comienza aquí.

Desde entonces, hemos recorrido juntos un largo y fructífero camino construyendo nuestra identidad regional, que culminó el 9 de junio de 1982 con la aprobación por las Cortes Generales del Estatuto de Autonomía de La Rioja y su sanción por la Corona. Desde aquel día, los riojanos somos lo que queríamos ser, pero convendrán conmigo en que también somos lo que ya éramos: riojanos.

Aquí quiero hacer especial hincapié en la importancia del título del documento que se entregó en las Cortes de Cádiz a finales de febrero de 1813 con nuestras reivindicaciones: ‘La provincia de La Rioja pide que se cree la provincia de La Rioja’. Verán que se trata de una repetición innecesaria, pero, en opinión de Felipe Abad León, era “muy difícil, imposible, evitarla”.

Los riojanos sabían muy bien que La Rioja existía, había existido siempre, siempre se habían considerado provincia, pero la Administración no les reconocía esta realidad. ¿Qué otra forma cabría de expresarse?”, se planteaba nuestro cronista oficial. “¿Quién pedía la creación de la provincia de La Rioja, sino la provincia de La Rioja reunida y representada en Santa Coloma?”

Los municipios, a través de su legítima representación que son los ayuntamientos, desempeñaron un papel clave en el proceso de reivindicación de la identidad regional y en la demanda de la autonomía. Son quienes se hicieron eco en 1812 de esa solicitud de autogobierno y a ellos les correspondió en 1979 la iniciativa del proceso autonómico, que desembocó en la constitución de La Rioja como autonomía uniprovincial.

Los ayuntamientos son un referente esencial de la construcción y desarrollo de La Rioja como comunidad autónoma. Debemos reconocer su papel vertebrador y lo mucho que pueden aportar para afrontar mejor los retos de comunidad que tenemos planteados. No podríamos entender nuestra Comunidad sin los 174 municipios que la forman. Por ello, creo que debemos trabajar para impulsar y fortalecer el municipalismo.

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Señoras y señores.

Nuestra historia comienza aquí en Santa Coloma, pero encuentra en San Millán de la Cogolla un horizonte de oportunidades. Los monasterios de San Millán de la Cogolla (lugar de origen de la lengua española y Patrimonio de la Humanidad desde hace 20 años) le dan nombre a nuestro Estatuto de Autonomía, pues es ahí donde se firmó el proyecto, antes de su tramitación por las Cortes Generales.

El Estatuto es nuestra norma institucional básica. Si me permiten la palabra, es la Constitución riojana, y define aquellas aspiraciones que, hace ya 205 años, motivaron a quienes nos abrieron camino. Aspectos como la denominación de La Rioja, la delimitación de nuestro territorio o las competencias que nos corresponden y nos igualan al resto de regiones que integran España.

Los autores del Estatuto fueron capaces de hacer realidad el sueño que perseguían nuestros antepasados en la Convención de Santa Coloma: asumir “el gobierno y la administración autónomos de la región”, garantizando “los principios de libertad, igualdad y justicia para todos los riojanos, en un marco de solidaridad” con todos los demás pueblos, como recoge en su título preliminar.

Hoy, 35 años después, podemos decir que, junto a la Constitución, este Estatuto nos ha integrado a todos, nos ha permitido alcanzar un nivel de autogobierno jamás conocido y lograr las más altas cotas de bienestar y progreso, así como abrir La Rioja al mundo, particularmente hacia la Unión Europea: un proyecto común que nos enriquece y nos fortalece día a día. El balance no puede ser más positivo.

Pero, aunque reconozcamos la profunda transformación que hemos vivido, no podemos caer en la autocomplacencia y debemos seguir avanzando. Hay que dar un nuevo impulso a la ponencia para el estudio de la reforma del Estatuto de Autonomía. Nos une el objetivo de enriquecerlo, perfeccionarlo y adecuarlo a la cambiante realidad.

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Nuestra historia continúa.

Y con esta motivación debemos seguir trabajando desde las instituciones nacidas tras la aprobación del Estatuto de Autonomía.

El Parlamento “representa al pueblo de La Rioja, ejerce la potestad legislativa, aprueba los presupuestos y las cuentas de La Rioja, impulsa y controla la acción política y de gobierno, y ejerce las restantes competencias que le confiere la Constitución, el Estatuto y demás normas del ordenamiento jurídico”, según señala en su título II, relativo a la organización institucional.

El Parlamento debe ser el reflejo de la sociedad y cada día tomar el pulso de nuestra comunidad, a través de las necesidades y opiniones de los ciudadanos. El Parlamento es clave para seguir fortaleciendo la calidad de nuestra democracia y debe hacer un esfuerzo adicional para acercarse a los riojanos, mediante un contacto más directo y permanente con la realidad.

Este año, hemos puesto en marcha una nueva manera de acercarnos a los ciudadanos con el apoyo de las nuevas tecnologías. La renovación de la página web del Parlamento nos ha permitido vincular la institución con la sociedad y favorecer una nueva relación con el conjunto del pueblo riojano. Hemos avanzado hacia un Parlamento más moderno, abierto y plenamente transparente.

El último Índice de Transparencia de los Parlamentos, elaborado por Transparencia Internacional, nos ha otorgado la máxima puntuación en el apartado de “Relaciones con los ciudadanos y la sociedad”. Pero queremos y podemos ir más allá. La reforma del reglamento, en la que estamos trabajando, nos ayudará a adecuar sus principios y normas a las necesidades actuales, y a mejorar su funcionamiento.

Como dije al inicio de esta legislatura, el Parlamento debe “contribuir al progreso de la región y al bienestar de todos los riojanos”. Para ello es necesario potenciar nuestra condición de eje central de la democracia y trabajar por seguir construyendo La Rioja, a través de un debate político constructivo y con amplitud de miras

Un reto que solo podremos conseguir si nuestros esfuerzos van dirigidos a atender las necesidades reales de los riojanos y a solventar sus problemas, por encima de intereses personales y partidistas.

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Nuestra historia continúa, pero no debemos olvidar nunca que nuestro presente lo hemos hecho posible entre todos y que el futuro de La Rioja lo tenemos que construir juntos. Muchos son los retos de comunidad a los que nos enfrentamos, con el crecimiento económico y la creación de empleo como principal desafío. Son grandes metas que compartimos y que requieren el esfuerzo de todos.

El espíritu de entendimiento y unidad de la Convención de Santa Coloma nos debe guiar para avanzar e impulsar nuestro proyecto común. Tras 35 años de vida del Estatuto de Autonomía, estamos trabajando para construir un nuevo futuro para La Rioja; un futuro mejor para La Rioja. Tenemos unos cimientos sólidos para garantizar la prosperidad y el bienestar de los riojanos durante las próximas décadas.

El diálogo permanente, el respeto al adversario y la participación ciudadana han de servirnos para forjar nuevos consensos, con la misma ilusión y vocación de acuerdo con que se unieron nuestros antepasados en 1812 en torno a la defensa de la identidad riojana. Y, al mismo tiempo, debemos desarrollar juntos el gran potencial que tiene nuestro Estatuto, para dar respuesta a las demandas ciudadanas.

Decía antes que La Rioja somos todos, y quiero expresar mi más sincera felicitación a quienes han contribuido a proyectar nuestra mejor imagen y recibirán mañana la máxima condecoración que el Gobierno concede cada año:

  • La Medalla de La Rioja al Grupo de Danzas de Logroño, que este año cumple su 75 aniversario.
  • El título de Riojano Ilustre a Carlos Coloma, primer deportista riojano en lograr una medalla olímpica a título individual.
  • Y el Galardón de las Artes al compositor y cantante Chema Purón, reconocido nacional e internacionalmente por su trayectoria musical.

Al evocar nuestra historia en un día tan significativo como el de hoy, quiero destacar que todos ellos son una muestra más de la capacidad y voluntad de nuestra gente. Y es que los riojanos son nuestro mejor capital y quienes, generación tras generación, nos ayudan a enlazar el presente y el futuro. Por ello, creo que merece la pena dedicarles lo mejor de nosotros mismos en el ejercicio de nuestras responsabilidades.

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Termino ya mis palabras, reafirmando el compromiso activo del Parlamento de trabajar juntos, recordando el ejemplo de nuestros antepasados reunidos aquí, para que La Rioja siga siendo una comunidad de referencia.

Feliz Día de La Rioja y muchas gracias